viernes, octubre 19, 2007

Churritos de bombón

En plena hora punta, con la glorieta de Atocha atravesada por coches en todos sus puntos vitales, veo la fila de gente esperando al autobús, con las manos en los bolsillos,los hombros a la altura de las orejas, más delgados de lo que son. Casi no hablan y el que no fuma de verdad, fuma de amanecer con los ojos perdidos en un sueño pasado que no recordará más . La fila se encorva hacia un puesto que anuncia: “Churritos de bombón” que aunque apesta, calienta y eso se agradece. El dependiente silba a una chica rubia de ayer, de pantalones prietos con dos coronas bordadas en el culo, jersey de leopardo y zapatos de aguja dorados. Ella, indiferente, le cuenta a una compañera sus problemas con el turno, que no le pagan las extras y que ése se va a enterar cuando le pille y suelta un “coooñiio que frío” que me hace temblar y la sonrío por guapa mañanera y ella, que lo sabe, mueve con brío el paso y se pone rápido a la cola del bus para que nadie se le cuele. Menuda es.

2 comentarios:

Tobias dijo...

Me encanta cómo consigues transportarme a la situación que cuentas. Eres una maestra. Besos!
T

Meninjana dijo...

Gracias bonito... tu con tus nuevos/viejos blogs también me emocionas mucho... Bsss