jueves, enero 25, 2007

PIRAÑITA (CUENTO PARA LEIRE)

Trrrr viene Pirañita ñam, ñam, ñam
Todos los peces se esconden
Debajo de los barcos
Encima de la arena
Dentro de las cuevas
Entre las algas
Detrás de las piedras
Trrr viene Pirañita ñam, ñam, ñam
¿Por qué se esconden todos?
Pirañita nada con su boca abierta ñam, ñam, ñam
Por encima y por debajo de las olas, va, va, va
Buscando peces con los que jugar
Pero están todos escondidos
Que pena…Pirañita, no llores, ñam, ñam, ñam
Es que los peces no saben que sólo comes leche de mamá
Busca Pirañita ñam, ñam, ñam
Mamá ya viene
Qué rico, ñam, ñam, ñam

miércoles, enero 17, 2007

ÚLTIMAS IMPRESIONES DE MI EMBARAZO

Una vez tuve un novio que al irse a la mili (ejem… sé que esta anécdota delata muchas cosas, snif) escribió en su gorra: “todo acaba” y cada mes iba tachando una letra. Yo compartí con él todas las letras hasta que se convirtió en “Isaías me quedan días” y en “Lavadora me quedan horas”. Tachó todas las letras y tiró la gorrilla verde al aire cual “Oficial y Caballero”. Tiempo después le regalé otra gorra en la que ponía: “adios con el corazón este mensaje se autodestruirá en 20 segundos”, pero eso es otra historia.
La cosa es que yo hoy soy lavadora. Después de 9 meses, una semana y un día y, dado que esta bebita se ha pegado a mi cuerpo cual Garfield sonriente de peluche con ventosas, mañana por la mañana me programan el parto.
He intentado de todo para que no llegase ese momento y la naturaleza prevaleciese sobre el doctor House: he andado por el campo, me he ido de rebajas, he comido picante, me he insinuado picante (bueno, todo lo picante que puede ser una aceituna rellena de anchoa) e incluso he mantenido alguna conversación de más de dos horas con mi madre, pero nada… sigo sin parir. Al bebé le hemos dicho de todo para que salga sola (su padre a través del micrófono ombliguil), de lo que hemos aprendido la primera lección de ser padres: no nos va a hacer ni caso.
Con la autoridad por los suelos, mañana acudiremos al Hospital a ver como se nos da el temita. Después de haber aguantado tanto parto y tanta historia de tanta gente, mi cabeza tiene en este momento el tamaño de mi barriga por lo que mi coherencia deja mucho que desear. Estoy elaborando una lista de lo que me queda por hacer y una de cada cuatro actividades es “no olvidar pedir epidural” en varias acepciones: suplicar epidural, gritar epidural, sacar los dientes epidural, amenazar epidural…
A partir de mañana la naturaleza seguirá su curso y soy consciente de que todo este protagonismo del que he disfrutado durante todos estos meses se esfumará en unos pujos y/o unos puntitos y este bebé spiderwoman se convertirá, con su primer llanto, en lo más importante de mi vida. Curioso, cuanto menos.