Mi primer trabajo con el título bajo el brazo estaba situado cerca del metro de Cuzco. Yo andaba quemada del color gris hormigón de la escuela de Caminos y de la homogeneidad de la Ciudad Universitaria. Tenía que entrar a las 8:30, pero nunca conseguía llegar antes de las 8:45.
Me transportaba (¿por qué lo llaman “viajar” con lo bonito que es ese verbo?) en metro cada mañana, primero en la línea 5 (yo la llamaba la línea grunge) y luego en la 10 desde Alonso Martínez. Cuando bajaba del vagón en Cuzco ya estaba agotada del hacinamiento. Para salir había que soportar varios tramos de escaleras mecánicas infinitas y atestadas de gente. Desde abajo todo lo que veía eran abrigos grises sobre trajes oscuros y maletines. Me venía a la cabeza el “another brick in the wall” que conseguía que llegase deprimida a mi silla.
Decidí comprarme un bolso de peluche rojo en las tiendas del metro de Callao para dar un puntito de color a la escalera. A los 6 meses abandoné el trabajo y cambié de ubicación.
Han pasado muchos años, varios trabajos y distintas vidas. Acaban de cambiarme el destino de mi trabajo actual a un edificio pegado al metro de Cuzco. Ahora entro a trabajar antes de las 8:30 y me sigo fijando en la escalera eterna pero veo muchos matices. Chicas inmigrantes con vestidos imposibles, bolsas termo naranja, chavales con pantalones caídos y niñas con horquillas de plástico, señoras con el pelo cardado y tinte rojo y calvos con gafas de colores flúor.
La escalera es la misma, la calle también e incluso la hora. Sólo me queda pensar que soy yo la que ha cambiado. Aún así acepto sugerencias y si alguien sabe donde puedo comprar un bolso de peluche rojo que no dude en decírmelo.
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7 comentarios:
Yupii, por fin has vuelto! Por cierto, por aquél entonces, cuando aún existía la estación de metro de Lima y tú ibas a trabajar, era ya la línea 10 o todavía la línea 8?
Besos, también para el hamster!
T
que lindo este relato, ya te echaba de menos. te fuiste de vacaciones?
pues nada... que el 2009 si o si vamos x madriz. voy a tener un sobrino español!
jeje... la línea 10. El nuevo trazado de línea 8 lo inaguraron justo cuando me cambié de trabajo. Ayer pregunté por aquí quien sabía donde estaba la estación de Lima y nadie tenía ni idea... ¡qué bien nos adaptamos a los cambios!.
Laura: qué bien que avises con antelación de tu visita a Madrid, No haré planes para ir a Australia en 2009 y así no nos cruzamos.
no sé lo del bolso de peluche, pero yo trabajo ahí al lado, así que ya no hay excusa para que no nos tomemos al menos un café, ¿no? je, je.
que esta pasando que no escribis mas?
estas liada?
a ver cuando actualizamooooooosssss!
Hacía tiempo que no entraba en el blog y hace tiempo que no vivo en Madrid; para un nostalgico como yo se echan de menos cosas como los días grises en la estación de Cuzco junto al no menos gris Ministerio de Economia, quizá porque venían acompañados de otras cosas, quizá porque Madrid es como el primer amor, que nunca se acaba de olvidar, quizá ...
Besos
El centro de Madrid ejerce un poder sobre mí como la fuerza de la gravedad sólo que, cuanto más me alejo más me tira...
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