sábado, junio 17, 2006

JACOBO

Jacobo se despertó por la mañana porque por las mañanas hay que despertarse. Desayunó correctamente, encendió el teléfono, comprobó que no había mensajes y lanzó su primer pensamiento del día: -"el plato de ducha es más práctico que la bañera completa que, total, no se usa nunca y ocupa más espacio".
Jacobo salió a la calle, comprobó con la palma de la mano que no llovía, se dirigió hacia el metro, hizo un falso amago de comprar el periódico en el kiosko de la esquina pero continuó su camino: -"total, en la puerta del metro los periódicos los regalan y con eso me basta. Está comprobado que de un periódico, el 90% de la gente sólo lee los titulares". Una moneda de un euro de su bolsillo dio un brinco y se colocó cerca de los testículos, que se está más calentito.
Jacobo insertó en la ranura el bono de 10, que siempre parece que tiene menos, calculando cuanto le supone de ahorro frente al abono mensual. Colocó el bono de 10 dentro de la cartera, metió ésta en el bolsillo trasero del pantalón y se abrochó el botoncito, por si las moscas.
Jacobo llegó al trabajo cinco minutos antes de su hora, pensó que no se debe regalar tiempo a la empresa y se quedó quieto frente al quicio de la puerta haciendo círculos con su pie derecho hasta que dió la hora. Fichó y desapareció por el torniquete.
Horas después, Jacobo destorniqueteó y salió a la calle tocándose el euro del bolsillo, decidido a tomarse un descafeinado de máquina: -"de sobre, ya me lo tomo en casa". Entró en el bar, saludó a los habituales, despreció a los desconocidos y miró de refilón las ensaimadas. Comentó con el camarero el partido del siglo, le entregó el euro recalentado y se ahorró la propina.
Jacobo comió de “taper”, hizo tres llamadas personales desde el trabajo, comprobó su cuenta corriente en euros y en quetzales y se fue a su casa de las afueras despacito y con buena letra.
Al llegar a casa, Jacobo comprobó la alarma y pensó que haber comprado un piso de tres habitaciones, aunque fuese un poco más lejos, era una buena inversión pensando en el futuro. Se preparó un sándwich de pavo y queso, bajó la intensidad de la lámpara de bajo consumo y conectó el televisor.
Jacobo se murió porque sí y no se justificó nada porque ya estaba muerto.

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